Por tus besos, mi delirio,
por mi cuerpo, tu suspiro;
toca, muerde y besa,
roba lo que quede de inocencia,
a besos, arañazos e impaciencia;
que tiemble mi cuerpo, suden mis pechos
y acabe mojada mi esencia,
fundidos los cuerpos, temblando las bocas,
y muerta la decencia.
manilba