No busco concretamente nada y especialmente lo busco todo lo que la vida me puede ofrecer. Me zambuyo entre la gente, en el bullicio social de la gente que disfruta, en un mar de interacciones de individualidades, para dejar estela de mi caracter acrisolado con aciertos y errores. De los primeros os ofrezco ilustrativos frutos y chispas de felicidad; de los segundos, ya me he olvidado sustituyéndolos por las enmiendas que otros me han recomendado. Busco paz y equilibrio con la razón, me disparo con la emoción hacia el cambio de actitud y perspectivas, y actuo en consecuencia para jugarme en cada instante la felicidad o la decepción.