El primer objetivo de tu creación es el recrearte a tí mismo. La primera y fundamental obra de tu Imaginación Creadora es la de transfórmate a tí mismo.
Mientras más cambios, más transformaciones logres en la intimidad de tu consciencia, adquirirás más y mejores capacidades creadoras, que te llevarán del conocimiento integral de tí mismo, hasta el conocimiento real de los universos y de la Divinidad.
No tienes otro camino.
No hay otro camino para constituirse en Creador. Sólo es posible SER un Creador, cuando dejamos de ser destructores.
Es natural que el agreste sendero que conduce a las más grandes transformaciones es largo... ¡muy largo..
Pero también es muy natural de que mientras avances un paso, un poco, siempre hacia arriba y hacia adelante, poco a poco también, desarrollarás tu poder creador, y tu caminar no será estéril, porque a cada paso tuyo sembrarás las semillas de tu obra, en tu propio corazón; y conforme pasen los días, los meses, los años y las vidas, iras cosechando los frutos de tu obra, y te harás cada día, cada vez, un poco más humano, más hombre, más creador; y mientras más avances en este agreste sendero, te harás realmente Creador, te harás digno de ser llamado Hijo del Creador, Hijo de Dios.