Relatos cortos Zaragoza  27 abr 2019

LOS SALUDOS Y EL SEXO [ II ]

LOS SALUDOS Y EL SEXO [ II ]

Unos millones de años después, nos encontramos con un Tiranosaurio Rex, que ha olfateado a una Tiranosauria Regina con ganas de juerga. Como siente que está cerca, Rex se pone a rastrearla, hasta que encuentra a Regina en medio de un claro. Regina mira a Rex y le pone ojitos y ronronea, como sólo una Tiranosauria con ganas de mimos podría hacerlo. Rex se pone erecto sobre sus dos patas traseras, y como es un Tiranosaurio con cierta experiencia, ya sabe qué es lo que no puede y lo que no debe hacer para motivar a Regina. Por ejemplo, no podría abrazarla, aunque quisiera, dado que sus dos patas delanteras son minúsculas. Tampoco debería mordisquear la nuca de Regina, aunque nuestra Tiranosauria esté para comérsela, pues con la dentadura que gasta Rex, un descuido en el mordisco convertiría a Regina en el plato del dia, en lugar de en compañera de juegos. En fin, que Rex se acerca a Regina bien alzado sobre sus patas traseras, se pone a su costado, y empieza a azotar el lomo de Regina con violentos golpes de cola, hasta que ésta, dolorida, se acurruca sobre su vientre y levanta la cola, momento que Rex aprovecha para ir a lo suyo, y este narrador para abandonar la era de los dinosaurios

Unos millones de años después, nos encontramos con un Tiranosaurio Rex, que ha olfateado a una Tiranosauria Regina con ganas de juerga. Como siente que está cerca, Rex se pone a rastrearla, hasta que encuentra a Regina en medio de un claro. Regina mira a Rex y le pone ojitos y ronronea, como sólo una Tiranosauria con ganas de mimos podría hacerlo. Rex se pone erecto sobre sus dos patas traseras, y como es un Tiranosaurio con cierta experiencia, ya sabe qué es lo que no puede y lo que no debe hacer para motivar a Regina. Por ejemplo, no podría abrazarla, aunque quisiera, dado que sus dos patas delanteras son minúsculas. Tampoco debería mordisquear la nuca de Regina, aunque nuestra Tiranosauria esté para comérsela, pues con la dentadura que gasta Rex, un descuido en el mordisco convertiría a Regina en el plato del dia, en lugar de en compañera de juegos. En fin, que Rex se acerca a Regina bien alzado sobre sus patas traseras, se pone a su costado, y empieza a azotar el lomo de Regina con violentos golpes de cola, hasta que ésta, dolorida, se acurruca sobre su vientre y levanta la cola, momento que Rex aprovecha para ir a lo suyo, y este narrador para abandonar la era de los dinosaurios

Unos millones de años después, nos encontramos con un Tiranosaurio Rex, que ha olfateado a una Tiranosauria Regina con ganas de juerga. Como siente que está cerca, Rex se pone a rastrearla, hasta que encuentra a Regina en medio de un claro. Regina mira a Rex y le pone ojitos y ronronea, como sólo una Tiranosauria con ganas de mimos podría hacerlo. Rex se pone erecto sobre sus dos patas traseras, y como es un Tiranosaurio con cierta experiencia, ya sabe qué es lo que no puede y lo que no debe hacer para motivar a Regina. Por ejemplo, no podría abrazarla, aunque quisiera, dado que sus dos patas delanteras son minúsculas. Tampoco debería mordisquear la nuca de Regina, aunque nuestra Tiranosauria esté para comérsela, pues con la dentadura que gasta Rex, un descuido en el mordisco convertiría a Regina en el plato del dia, en lugar de en compañera de juegos. En fin, que Rex se acerca a Regina bien alzado sobre sus patas traseras, se pone a su costado, y empieza a azotar el lomo de Regina con violentos golpes de cola, hasta que ésta, dolorida, se acurruca sobre su vientre y levanta la cola, momento que Rex aprovecha para ir a lo suyo, y este narrador para abandonar la era de los dinosaurios



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