Tu no sabes qué daría
por saciar tu ansia de pecar,
por tenerte prisionero en mi cuerpo
y esclavo del vaivén que te quisiera marcar.
Tú no sabes que en la noche
te devoro beso a beso,
palmo a palmo te recorro,
te acaricio sin tocarte
y sin pudores falsos te devoro.
Tú no sabes qué sería
con tal de sentirte dentro,
tu esposa, tu put_ o tu amant_,
cualquier cosa, por sentir tu sex_.
Tú no sabes que, despacio,
me desnudas cada noche,
me giras, me miras, me tumbas,
me atas a tu aliento,
me pides que te cubra
y que sea tu alimento.
Tú no sabes qué locura
cada vez que me despierto,
y sobre la cama, desnuda,
descubro que una vez más
lo vivido ha sido un sueño.