Estrechos de Albalate.
¿Te apetece pasar un día diferente? ¿hacer amigos y conocer gente? ¿te gusta la plena naturaleza? Excursión senderista a los estrechos de Albalate, disfrutando del paisaje, viendo los cañones, los congostos, las cascadas durante todo el recorrido.. Si apetece después visitar algún pueblo deshabitado o abandonado y si hay tiempo se propondrá. Nivel bajo. Desnivel 95 m. Cota mínima 387- cota máxima 482. Duración total 5:30 h más paradas (ida y vuelta) . El recorrido es de unos 15 km. El organizador ni nadie es responsable de lo que le pueda ocurrir a algún miembro de la excursión (caídas, torceduras de tobillo) Será socorrido por todos los miembros pero siendo responsabilidad del accidentado (cada uno es responsable de sus posibilidades y de dónde pisa) Para todos los públicos, se pueden llevar niños, pero hay que asegurarse que los niños pueden realizar la ruta sin problemas. Cada uno se tiene que llevar calzado apropiado, ropa apropiada o cualquier otro accesorio que crea conveniente. Llevaos comida para comer en el campo y dos litros de agua mínimo y esa cámara de fotos que no se olvide. Indicad dsponibilidad de coche, quien ponga coche no paga los costes de desplazamiento, lo pagarán el resto de los ocupantes. El punto de encuentro, la puerta de la Facultad de Veterinaria, 8:15 (al lado del pabellón Principe Pelipe) hay aparcamiento y fácil salida a la ruta.
La ruta situada muy cerca de Albalate del Arzobispo, en la comarca de Bajo Martín, es de las muchas que atraviesan el Parque Cultural del Río Martín, de las más espectaculares y sobre todo la más conocida. Desde 2015 es, además, el Sendero Turístico GR 262. Comienza en un aparcamiento para coches junto al puente del Batán, en la carretera que une Albalate con Ariño. Allí, se coge la senda que en unos 20 minutos lleva hasta La Cueva de Los Grabados. Se pasa por el primer mirador de los muchos por los que se pasa y se llega a un área de recreo. Enseguida se llega a una pasarela, único momento en el que se puede cruzar a la otra margen del río, y que nos lleva a la parte más aérea del recorrido, se empieza a intuir el canal de aguas. Para su construcción se abrió esta senda que era la que usaban los obreros para llegar hasta la central eléctrica que se encuentra más adelante. Se asciende poco a poco y el senderos es cada vez más sinuoso y aéreo, por lo que se las vistas son también cada vez más impresionantes. Como el sendero es cada vez más estrecho y empinado se han colocado unas escaleras y sirgas de protección que ayudan y facilitan la circulación. Se alcanza la cima del cerro donde hay una mesa interpretativa en la que se explican las pinturas rupestres que se encuentran en una cueva cercana al suelo. Siguiendo el mismo camino que el canal se llega un cruce de caminos, un lleva al final del canal, es decir, a la Central hidroeléctrica de Rivera, y el otro es por el que sigue la ruta. Se sigue por la margen derecha de los estrechos y poco a poco se deja atrás el río Martín y se llega al final de la ruta, un parking al que en coche se llega también por una pista que sale de la carretera que une Albalate con Ariño.
El sendero de los Estrechos discurre por los cortados rocosos que canalizan el río y nos ofrece una gran variedad de encuadres paisajísticos. A lo largo del sendero varios miradores, mesas de interpretación y paneles informativos nos ayudaran a entender y analizar este sugestivo y escabroso paisaje, así como varios abrigos rocosos con pinturas rupestres prehistóricas postpaleolíticas declaradas patrimonio de la Humanidad, o grabados rituales con cruces de cristianización que junto al Santuario de la Virgen de Arcos, tratan de poner de manifiesto la sacralización de este territorio desde la prehistoria a nuestros días.
La visita a las pinturas rupestres requiere ir con un guía autorizado para abrir las vallas de protección. Durante el trayecto nos acompañará una canalización de aguas realizada a principios del siglo XX, por la margen derecha del río Martín -en algunos tramos subterránea- que paralela al sendero discurre desde un azud aguas arriba, pero muy cerca del puente del Batán, hasta la Central eléctrica de Rivera, a la que suministra el agua para producir electricidad y que se halla encajonada en los murallones que encauzan el río. La zona es espectacular y fascinante por los abruptos rocosos por los que discurre colgada la senda y que requieren extremar la precaución durante todo el recorrido.
Una caseta informativa del Parque y un espacio acondicionado con mesas merendero al pie de los abrigos de los Chaparros, a mitad de recorrido aproximadamente, pueden ser el punto para descansar.
Grupo creado para la ocasión. Lo pasaremos genial.